viernes, 24 de septiembre de 2010

Victoria pírrica

Nos cuentan que el PNV ha triunfado al lograr la transferencia de las políticas activas de empleo.

Pero una misma historia se puede contar de muy distintas maneras. Esta también.

Podemos recordar que el Estatuto de Gernika afirma textualmente, en el articulo decimo octavo, que corresponde al País Vasco la gestión del régimen económico de la Seguridad Social.

El PNV reivindicó su traspaso desde los inicios de la autonomía hasta que, un buen día, pareció perder la paciencia. En el 2002, el lehendakari Ibarretxe advirtió solemnemente que el Gobierno Vasco asumiría de forma unilateral todas las transferencias pendientes, incluida la Seguridad Social, si el Gobierno español no accedía a su traspaso en el plazo de dos meses.

Pasaron los dos meses, no hubo traspasos, pero el Gobierno tripartito se olvidó de intentar asumir nada directamente. Comprensible. Era la antesala de los intentos de superación del marco estatutario, ya que el PNV se había sumado al diagnostico de que el Estatuto había muerto.

Pero no hubo manera de enterrarlo. Y ahora, el PNV da un salto de varios años, pero hacia atrás, para volver a la senda estatutaria, pero con el listón de las exigencias muy por debajo, con la reivindicación de la Seguridad Social, es decir, de las políticas pasivas, fuera de la mesa de negociación.

Quizás convenga releer los relatos sobre las batallas del rey Pirro, el de las victorias pírricas, para entender la medida del triunfo del PNV.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Por otros medios

La famosa frase del general prusiano Von Clausewitz, eso de que la guerra es la prolongación de la política pero por otros medios, nos puede ayudar a entender la respuesta de los gobiernos de Zapatero y López a la decisión unilateral de ETA.

Echemos la vista atrás y recordemos el principio tantas veces repetido por Zapatero no hace tanto: primero la paz y luego la política. El Gobierno español intentó en el proceso de Loiola que la izquierda abertzale se legalizara y que ETA accediera a hablar de presos, antes de que los partidos políticos iniciaran ninguna negociación. Pero ambos se negaron. Antes, la política, respondían.

Ahora, sin embargo, la izquierda abertzale parece aceptar eso de primero la paz y luego la política. Pero sabiendo que, antes o después, sólo la política va a poder consolidar la paz. También lo sabía el presidente del Gobierno español, cuando afirmaba que la paz no tenía precio político, pero seguidamente añadía que la política podía y debía ayudar a la consecución de la paz.

Pero el mismo Zapatero, de la mano de Rubalcaba, hoy por hoy parece preferir la máxima del general prusiano experto en guerras. El mismo Von Clausewitz lo podía haber formulado de otra manera, de haber conocido la Audiencia Nacional y la Guardia Civil. Por ejemplo: la incomunicación de detenidos es la prolongación de la política, pero por otros medios.