viernes, 25 de febrero de 2011

Happy independence

Esta semana se han cumplido ocho años desde que cerraron Egunkaria. Nunca nos olvidaremos de aquella madrugada en que detuvieron a nuestros compañeros. Luego supimos que los torturaron. Y más tarde entendimos que una simple firma de un solo juez instructor había cerrado para siempre un proyecto construido y apoyado por miles de personas durante muchos años.

Cuando al cabo de siete años el tribunal sentenció que no había razón jurídica para tal atropello, algunos se apresuraron a declarar que la sentencia demuestra que el Estado de Derecho funciona, cuando evidencia justo lo contrario: que el Estado de Derecho funcionó un solo día, y dejó de funcionar el resto. O que el Estado funcionó perfectamente, pero el Derecho falló estrepitosamente.

A todos nos ha tocado alguna vez tener que explicar en el extranjero la realidad política vasca. Me he encontrado con bastante gente que no entiende porque muchos preferimos la independencia a la autonomía. Pero la desgraciada historia del cierre de Egunkaria, como muchas historias con origen en la Audiencia Nacional, ayuda bastante a explicar porque sentimos la imperiosa necesidad de cambiar estas reglas de juego que hacen posible que un juez de Madrid cierre todo un periódico apoyándose en la existencia de tribunales y leyes que no existirían si la mayoría vasca pudiese decidir sobre ello.

Le cuentas a uno de Wisconsin la historia de Egunkaria y, automáticamente, te desea una feliz independencia.

jueves, 17 de febrero de 2011

Mercenarios de la paz

Antonio Basagoiti ha vuelto a llamar mercenario a Brian Currin. Ha descubierto que al abogado sudafricano le pagan un sueldo por trabajar. Por la misma razón, le parecerá que Paul Ríos es también un mercenario, porque algo debe cobrar el coordinador de Lokarri para poder subsistir. Pero estaría bien comparar su sueldo con el de Basagoiti; o, quizás, con los de Basagoiti.

Habrá quien se pregunte a quien representan Lokarri, Brian Currin o los miembros del Grupo Internacional de Contacto, que esta misma semana han logrado que el mensaje a favor de la solución dialogada haya llegado al Parlamento de Westminster. En estos casos siempre me acuerdo de Alec Reid. Cuando en los 80 empezó a trabajar para que las partes enfrentadas en Irlanda iniciaran un dialogo discreto, cuenta que constantemente le preguntaban a quien representaba él: solía responder que a las víctimas del futuro; que estaba trabajando en nombre de quienes todavía se podían salvar.

Es una buena respuesta. No sabemos cómo va a acabar todo esto y nunca sabremos cuantas víctimas potenciales se han salvado ya; pero, solo por eso, definitivamente esta mereciendo la pena.

Acabo de leer, en la entrevista realizada por el medio digital zuzeu.com, que Paul Ríos será la persona más feliz del mundo cuando pierda su puesto de trabajo. Le creemos. ¿Se imagina alguien a Basagoiti diciendo sinceramente lo mismo?

jueves, 10 de febrero de 2011

Vuelve la democracia

Tengo, como muchos, la sana costumbre de leer la columna que el gran Anjel Lertxundi publica diariamente en Berria. Es un verdadero placer y, además, se aprende mucho. Ayer nos recordaba algunas de las múltiples acepciones de la palabra sortu. Por ejemplo, en según qué contexto, puede significar armar: “sekulako iskanbila sortu zuen”, sería algo así como “armó un gran escándalo”. Es cierto, pero es broma. Es solo una anécdota.

En otra de sus columnas de esta semana hemos leído que la palabra disidente viene del latín dissidere, y que, en su origen, significa sentarse aparte. Advierte, en su reflexión, que la admisión de la disidencia parece ser un plato demasiado pesado para esta democracia tan inapetente.

Se puede decir con la elegancia de los buenos escritores, o con la sencillez de quienes solo somos periodistas. Pero es que es bastante simple: ETA declaró una tregua unilateral, sin ninguna negociación ni acuerdo previo, y ahora, quienes estaban ilegalizados por ser cómplices políticos de la violencia de ETA, han rechazado claramente el uso de tal violencia; además, han certificado mediante los estatutos del nuevo partido que la rechazarán en el futuro, en caso de producirse. Blanco y en botella.

El fin de la violencia de ETA es ya irreversible. El círculo se puede cerrar solo de una manera. No hay otra receta. Esto no tiene otro remedio: tras ocho años de ausencia, debe volver la democracia sin trampas, la que acepta la disidencia. Y volverá.

jueves, 3 de febrero de 2011

Un tanque de segunda mano

Me he suscrito a la edición en papel del New York Times, justo la semana en que Robert Murdoch ha lanzado el primer diario para el iPad. La oferta merecía la pena: 7 dólares a la semana, cuando en el kiosko me habrían costado 18. Periódicos como el New York Times se lo pueden permitir. En estos tiempos en los que el papel parece morir, un millón de suscriptores reciben el clásico ejemplar en papel, enrollado en una goma, todas las mañanas delante del portal.

Los medios en euskera viven una realidad distinta. Esta semana 78 de ellos han publicado un editorial conjunto para recordar que conforman un sector estratégico que merece mayor atención y más ayudas por parte de las instituciones. Advierten en el editorial que un solo kilómetro de la Y griega vasca cuesta lo que las instituciones destinan a todos estos medios durante cuatro años.

Los que participamos en la fundación de Egunkaria hace más de veinte años todavía recordamos la frase de Ramon Labaien, en respuesta a la idea de que el presupuesto de Egunkaria iba a ser demasiado costoso: “No es más de lo que cuesta un tanque de segunda mano”.

Han pasado muchos años desde la ocurrencia de Labaien, y los medios en euskera han dado pasos de gigante en cuanto a su implantación y aportación. Pero las empresas que los sostienen siguen pasando las mismas penurias y sus trabajadores siguen padeciendo parecidas condiciones.

Y los tanques, por supuesto, nunca han sido de segunda mano.