domingo, 17 de julio de 2011

La cámara del ministro

Vuelve a circular en la red el fragmento del video de la entrevista que una televisión australiana realizó hace tres años a Antonio Camacho, ahora ministro del Interior.

El periodista David O’Shea empieza preguntando sobre los casos de tortura en España, a lo que Camacho responde que no se puede generalizar. El entrevistador propone entonces hablar de algunos de los muchos ejemplos que dice haber traído en una carpeta repleta de denuncias e informes, y el entrevistado responde que las únicas investigaciones serias son las judiciales, no las periodísticas. El reportero argumenta que muchos organismos internacionales han concluido que en España se tortura, y le cita el informe del ex relator de las Naciones Unidas Theo Van Boven. En ese momento, Camacho le pide que apague la cámara con la que están grabando. El entrevistador se niega, pero ante la insistencia del ahora ministro, que se lo exige en cuatro ocasiones, finalmente accede a cortar.

No es que este video descalifique a Camacho para el cargo. Al contrario, lo habilita. Martin Villa, Barrionuevo, Corcuera, Belloch, Mayor Oreja, Rajoy, Acebes, Alonso, Rubalcaba… Todos los ministros del Interior españoles se han encargado de mantener la cámara bien apagada en todo lo referido a la tortura. No hay de qué preocuparse: el video de Youtube nos confirma que Camacho también lo hará. Y tampoco se va a encontrar con mucho periodista australiano queriendo hacer preguntas insolentes con la cámara encendida.

viernes, 8 de julio de 2011

Sobrar y estorbar

Concluido el juicio del caso Bateragune, queda ahora esperar el veredicto del tribunal. A pesar de que seguimos sin saber qué es y qué no es exactamente el órgano Bateragune, las conclusiones fundamentales son claras: los acusados han relatado, con un discurso convincente y coherente, que lejos de actuar a las órdenes de ETA se han enfrentado a ella para impulsar y encauzar, mediante un debate interno en la izquierda abertzale, el fin de su actividad armada; las acusaciones, en contraste, no han aportado ninguna prueba de que los encausados hayan seguido directrices de la organización armada; los hechos, como la tregua unilateral de ETA, casan además con el relato de los acusados. Y, como tantas otras veces, en las conclusiones finales los abogados de la izquierda abertzale parecen haber ganado por goleada.

La absolución debería estar cantada. Pero esto es la Audiencia Nacional. Un tribunal en el que las causas no se ganan o pierden en las vistas orales, en el que los condicionamientos políticos tienen a menudo más peso que las argumentaciones jurídicas.

Otegi ha declarado, haciendo suya la expresión acuñada por Joxe Elorrieta en los años noventa, que ETA sobra y estorba. Alguien debería decidir, sin necesidad de declararlo públicamente, que los juicios políticos en la Audiencia Nacional sobran y estorban.