jueves, 30 de junio de 2011

Un abrazo

No hace falta ser un entusiasta del proyecto de capitalidad europea de Donostia para alegrarse por su elección. Ni he estudiado el proyecto ni soy capaz de valorar la dimensión y las potencialidades de este reto. Pero algo me ha conmovido.

Hemos visto como el nuevo alcalde ha sabido asumir un proyecto diseñado e impulsado por quienes parecían estar en sus antípodas y convertirlo, en sintonía con todos los grupos municipales, en punto de encuentro entre diferentes. Hemos visto como el ex alcalde, que no disimuló sus recelos hacia los nuevos mandatarios, aceptó la invitación de colaborar con ellos en el impulso final a la candidatura. Y hemos sido testigos de la sintonía entre las máximas autoridades del ayuntamiento de Donostia, de la Diputación de Gipuzkoa y de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco en una inesperada comparecencia conjunta.

Son gestos y actitudes inusuales que, es cierto, se circunscriben al contexto de la elección de Donostia como capital europea del 2016, pero son gestos y actitudes que demuestran que es posible el entendimiento entre quienes hasta hace bien poco parecían condenados a no entenderse nunca.

Los abrazos reconfortan a quienes los dan pero, a veces, también a quienes los presencian. Intuyo que el abrazo entre Juan Karlos Izagirre y Odón Elorza ha reconfortado a muchísima gente.

jueves, 23 de junio de 2011

Al otro lado

Hace tiempo que no tiene sentido debatir sobre la existencia o no de presos políticos en las cárceles españolas. El carácter político de muchos de ellos es incuestionable. Este lunes, por ejemplo, empieza el juicio del caso Bateragune. La Audiencia Nacional va a juzgar a Arnaldo Otegi y otros siete miembros de la izquierda abertzale por su actividad exclusivamente política. Otro ejemplo: la Policía francesa intenta detener a la zuberotarra Aurore Martin, reclamada por la Audiencia Nacional española por su actividad política en Batasuna, un partido que es ilegal en España pero legal en Francia.

Supongo que es una cuestión demasiado obvia para la mayoría de los oyentes, aunque la potente maquinaria política y mediática que niega lo evidente sigue haciendo estragos, sobre todo al sur del Ebro. Afortunadamente, no llega con la misma fuerza a este lado del Ebro y, mucho menos, más allá de los Pirineos. Será por eso que incluso dirigentes del partido socialista francés han apoyado la manifestación que se celebrará mañana en Baiona en solidaridad con la militante de Batasuna. La dirigente socialista Marie Christine Aragon ha explicado el porqué de su apoyo con palabras bien sencillas: “En una democracia las cuestiones políticas no se solucionan con detenciones, sino con las urnas”.

Una afirmación difícil de rebatir, incluso a este lado de los Pirineos.

viernes, 17 de junio de 2011

El filón

Esta semana hemos visto en una tertulia televisiva como el presidente de la asociación de escoltas de España, preocupado por la reducción del número de guardaespaldas para la protección de personas hasta hace poco amenazadas, afirmaba que el riesgo de atentados sigue siendo muy alto y que, con la irrupción de Bildu en las instituciones, se ha retrocedido nada menos que a los 80. Hubo quien le reprochó la comparación, pero uno de los tertulianos, miembro del PP, se subió a la ola del portavoz de los escoltas diciendo que la situación, en términos de terrorismo, es ahora incluso peor que en los 80, porque, según él, ETA a través de Bildu controla más dinero institucional que nunca.

Es ridículo, pero no es broma. En referencia a las mociones presentadas en los ayuntamientos vascos, Garaikoetxea ha acusado al PP de seguir explotando el filón de la violencia. Se refería al filón político, pero todos sabemos que es también filón económico. Siempre lo ha sido. Es comprensible que el presidente de la asociación de escoltas se preocupe por la pérdida de puestos de trabajo de sus asociados, pero es preocupante que haya toda una corriente política y mediática haciendo causa común con los argumentos de quienes por razones obviamente particulares están interesados en que todo el mundo se sienta amenazado.

Pero el chollo, tanto económico como político, se acaba. Sabemos que cuesta, pero toca reciclarse.

jueves, 9 de junio de 2011

Una consulta o dos

No sé qué necesidad tienen los escoceses de independizarse de los británicos, pero parece que se lo están tomando en serio. El partido que aboga por la independencia, el SNP de Alex Salmond, goza en el parlamento escocés desde principios de mayo de una mayoría absoluta que le permite convocar una consulta sobre el tema durante esta legislatura.

El Gobierno británico no ha respondido ni que el Reino Unido es indivisible, ni que dicho referéndum afectaría a la soberanía nacional y, por tanto, debería realizarse en todo el territorio británico. El ministro para Escocia, Michael Moore, ha respondido esta misma semana a las pretensiones de los nacionalistas escoceses, advirtiendo que una consulta convocada por el parlamento escocés no sería suficiente. Según el ministro, si la mayoría de los escoceses avala en una primera consulta que se inicien negociaciones entre los dos gobiernos, el resultado de dichas negociaciones deberá ser ratificado por los propios escoceses en un segundo referéndum convocado por el parlamento británico. El SNP está en total desacuerdo y argumenta que una consulta sería suficiente. Pero el debate, a día de hoy, es ese: una consulta o dos.

Ya nos podemos ir preparando para escuchar que lo que en un futuro próximo puede suceder en Escocia no tiene nada que ver, pero nada de nada, con lo que la legislación española no permite que pueda suceder nunca aquí.

jueves, 2 de junio de 2011

Las recetas de Egiguren

Confieso que las recetas de Egiguren sobre paz y normalización casi siempre me han parecido acertadas, aunque nunca se hayan aplicado con éxito. Imaginen que se cumpla la hoja de ruta que está proponiendo últimamente: el Tribunal Constitucional revoca la ilegalización de Sortu y también la doctrina Parot; los facilitadores internacionales verifican el alto el fuego de ETA; el Gobierno español flexibiliza su política penitenciaria y, como primer paso, acerca presos a cárceles vascas; y, en el caso de que ETA anuncie su final definitivo, los partidos vascos se comprometen a intentar acordar un nuevo marco político de convivencia en la próxima legislatura. Es decir, primero la paz, pero sin olvidarnos de que luego viene la política.

Egiguren habla, como casi siempre, desde una aparente soledad. Parecen cantos de sirena de un político al que pocos compañeros de partido hacen ya caso. Es también lo que parecía hace años cuando, en pleno apogeo del Pacto Antiterrorista, se atrevió a presentar en el epílogo de un libro suyo una metodología para un proceso de paz que en aquel contexto era, ademas de pura ficción, casi una herejía. Pero, cuando se dieron las condiciones, fue Egiguren quien marcó la pauta a Zapatero.

No hay duda: se vuelven a dar las condiciones para que Zapatero, Rubalcaba y López vuelvan a aplicar sus recetas. Aunque solo sea porque, como casi siempre, falta muy poco para las siguientes elecciones.