viernes, 6 de abril de 2012

Que siga el negocio

No muy lejos de aquí, en una pequeña universidad del Oeste americano, esta semana un ex alumno ha matado a tiros a siete estudiantes. La Policía no ha podido encontrar el arma porque el autor la lanzó a la bahía de Oakland antes de ser detenido, pero sí ha confirmado que el arma había sido comprada legalmente. Es casi como comprarte una bufanda: eliges una, pagas y ya está. O la puedes comprar online: por 129 dólares, que es menos de 100 euros, te mandan una pistola a casa.

Hace trece años, cuando dos estudiantes de un instituto de Colorado mataron a tiros a 12 alumnos y un profesor, el cineasta Michael Moore se hizo miembro de la Asociación Nacional del Rifle, con la intención de llegar a ser presidente de la organización para poder desmantelarlo desde dentro. No pudo hacerlo, por supuesto. Tampoco Obama hace nada. Era partidario de un control más estricto de la venta de armas. Pero desde que es presidente no ha dado ninguna señal de seguir siéndolo. Y menos lo va a hacer ahora, en plena pre-campaña para la reelección.

Los medios intentan analizar estos días la personalidad del supuesto autor de la matanza de Oakland, pero pocos se cuestionan con qué facilidad se hizo con el arma semiautomática que utilizó. Según las estadísticas, cada semana mueren seiscientas personas por arma de fuego en los Estados Unidos. Es decir, 2.500 al mes y más de 30.000 al año.

Pues nada: que siga el negocio.

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