jueves, 30 de junio de 2011

Un abrazo

No hace falta ser un entusiasta del proyecto de capitalidad europea de Donostia para alegrarse por su elección. Ni he estudiado el proyecto ni soy capaz de valorar la dimensión y las potencialidades de este reto. Pero algo me ha conmovido.

Hemos visto como el nuevo alcalde ha sabido asumir un proyecto diseñado e impulsado por quienes parecían estar en sus antípodas y convertirlo, en sintonía con todos los grupos municipales, en punto de encuentro entre diferentes. Hemos visto como el ex alcalde, que no disimuló sus recelos hacia los nuevos mandatarios, aceptó la invitación de colaborar con ellos en el impulso final a la candidatura. Y hemos sido testigos de la sintonía entre las máximas autoridades del ayuntamiento de Donostia, de la Diputación de Gipuzkoa y de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco en una inesperada comparecencia conjunta.

Son gestos y actitudes inusuales que, es cierto, se circunscriben al contexto de la elección de Donostia como capital europea del 2016, pero son gestos y actitudes que demuestran que es posible el entendimiento entre quienes hasta hace bien poco parecían condenados a no entenderse nunca.

Los abrazos reconfortan a quienes los dan pero, a veces, también a quienes los presencian. Intuyo que el abrazo entre Juan Karlos Izagirre y Odón Elorza ha reconfortado a muchísima gente.

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