jueves, 9 de febrero de 2012

Democracia del dolar

Tras la sorpresa de Santorum en Minessota, Missouri y Colorado, parece que los cuatro supervivientes del reality norteamericano nos van a dar tres semanas de respiro hasta el supermartes de marzo. Buen momento para hacer un primer balance.

Empezamos por la cola. La propuesta de Ron Paul es bien simple: ni impuestos, ni guerras, ni seguridad social, ni casi gobierno. Libertad individual con todas sus consecuencias: un rifle en cada casa, eso sí, y que cada cual se las arregle como pueda.

Gingrich es la ambición personificada, el cinismo en estado puro. Nos quedará el recuerdo de la divertida propuesta de colonizar la luna en ocho anos, y sus ganas de guerrear en Oriente Medio contra todos los enemigos de Israel.

Santorum parece hablar guiado por un Dios que le dice que el tiempo de las cruzadas no pasó, ni en casa ni en el mundo. Los infieles de Irán deben sentirse reconfortados por el hecho de que las posibilidades de este católico fundamentalista, y de Gingrich, son mínimas.

Del maillot amarillo Romney sabemos que es un campeón del Monopoly. Su cualidad principal para llegar a ser candidato: su dinero y, sobre todo, el dinero de quienes le apoyan.

Es la democracia del dólar: la superminoría que dispone de los millones necesarios para costear esta larguísima y carísima campaña son, realmente, los que deciden quién es candidato y quién no. Mr. Wall Street es el elegido.

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