viernes, 13 de mayo de 2011

Actos electorales

La campaña está que arde. Me refiero a la de los Estados Unidos. Falta año y medio para las elecciones, y cada movimiento del presidente Barack Obama se mide ya en términos electorales.

El asesinato de Osama Bin Laden ha sido, entre otras muchas cosas, también un acto electoral. La popularidad de Obama se ha disparado, aunque año y medio es demasiado para que el efecto Bin Laden le pueda garantizar la reelección. Ya lo dijo el asesor de Bill Clinton en la campaña en la que derrotó a Bush padre: es la economía, estúpido. Pero no hay duda de que Obama se ha apuntado un buen tanto al ordenar aplicar a Bin Laden la justicia del salvaje oeste americano. Las encuestas dicen que ha alcanzado un nivel de popularidad record, e incluso la mayoría de los estadounidenses ven ahora con buenos ojos también su política económica. Milagros de la lucha antiterrorista.

Recuerdo haber leído alguna vez, en relación a alguna de las campañas presidenciales en Israel, que las posibilidades de Benjamin Netanyahu dependían principalmente en si algún grupo palestino realizaba o no un atentado importante en vísperas de las elecciones.

Son cosas que me vienen a la cabeza tras haber visto la que algunos han querido montar a cuenta de una pancarta enarbolada por un ex preso que ya ha cumplido condena o el sorprendente decorado que eligió Yolanda Barcina en su mitin en Basaburua, con un Gora ETA que clama al cielo. Cualquiera diría que algunos lo echan en falta.

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