jueves, 19 de mayo de 2011

Nuestras religiones

Acabo de escuchar en una emisora de radio de California que Barack Obama no es realmente cristiano. El presidente de los Estados Unidos suele terminar sus discursos deseando que Dios bendiga a quienes le escuchan, God Bless You, y sobre todo, que bendiga su país, God Bless America. Y acostumbra a ir a la iglesia los días más señalados. Pero muchos no le creen. Hay quienes aseguran que realmente es musulman. Pero el locutor de radio no ha llegado a tanto: solo le acusa de ser agnóstico.

Puede ser. Es fácilmente explicable. En los Estados Unidos un candidato que se autoproclamara no religioso no tendría seguramente ninguna posibilidad de llegar a la Casa Blanca, ni podría ser gobernador de ningún estado. Sea o no creyente, debe decir que lo es, si no quiere quedar fuera de la carrera electoral.

En nuestra tierra somos de otras religiones. Acabo de ver una foto en la que todos los candidatos a diputado general de Gipuzkoa posan uniformados con los colores de la Real Sociedad, que esta semana se juega la vida. Me da que no todos son grandes aficionados al futbol y a saber si no hay entre ellos algún seguidor camuflado de un equipo que no es la Real.

Me temo que veremos mucho antes un presidente ateo en la Casa Blanca que un diputado general de Gipuzkoa que confiesa ser aficionado del Athletic o un alcalde de Bilbao que reconoce simplemente que no le gusta el futbol.
Dios bendiga nuestros equipos.

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