viernes, 8 de octubre de 2010

La mosca

El genial Zaldieroa, humorista gráfico de Berria, últimamente dibuja a Patxi López con una mosca que revolotea a su alrededor. Y los vuelos acrobáticos de la habilidosa mosca parecen tener muy ocupado al lehendakari.

También en China debe haber moscas. Porque dice el lehendakari desde Sanghai que aquí no ha cambiado nada. No había nada nuevo en los comunicados de ETA, ni tampoco en el manifiesto de Gernika, ni en la entrevista a dos portavoces de ETA. 

Entiendo, por tanto, que es lo mismo que haya atentados y que no los haya; que es lo mismo que Batasuna no le diga ni mu a ETA, que es lo que ha sucedido durante demasiado tiempo, a que le pida que abandone la actividad armada, que es lo que realmente ha hecho en Gernika.

La desconfianza es comprensible, incluso recomendable. Pero la política de negar lo evidente y sentarse a esperar y a esperar, mientras desde Madrid intentar sabotear, mediante prohibiciones y detenciones, una apuesta que nos puede llevar a la paz, no parece la mejor actitud para que se cumpla la profecía de Jesús Egiguren. Es decir, que Patxi López será recordado como el lehendakari que logró la paz. Esperemos, al menos, que no sea recordado como el lehendakari que malogró una gran ocasión.

Para empezar, estaría bien que alguien se ocupase de esa mosca que tanto le distrae.

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