jueves, 24 de marzo de 2011

Tambores de guerra

El mismo día en que el Tribunal Supremo español decidía declarar ilegal el partido político Sortu, los asistentes al Congreso sobre derechos lingüísticos bailábamos en Reno, en el oeste americano, al son de los tambores de los indios shoshone, paiutee y washoe, aprovechando un receso en las jornadas organizadas por el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada.

Las tres naciones indígenas del estado de Nevada luchan por la supervivencia de sus idiomas. Se encuentran entre las 74 lenguas indígenas que, según la Unesco, están en peligro de extinción solo en los Estados Unidos. Cuando Cristobal Colón desembarcó en América, en las tierras que ahora ocupan los Estados Unidos se hablaban alrededor de 280 idiomas, 115 de los cuales han desaparecido ya.

Los shoshone, paiutee y washoe saben que los idiomas que les unen a estas tierras están a punto de desaparecer. La cadena de transmisión se ha interrumpido en las dos últimas generaciones. Los pocos que lo hablan con fluidez se mueren, pero las nuevas generaciones se resisten a enterrar también el idioma: cantar y bailar en su lengua es una forma de luchar por su supervivencia. Son tambores de lucha, tambores de vida.

Mientras tanto, en Madrid, solo suenan tambores de guerra.

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