jueves, 28 de abril de 2011

Inquietante

En esta época en que los atropellos judiciales se han convertido en una insana costumbre de los tribunales españoles, dos jóvenes zarauztarras están siendo víctimas de otra aberración jurídica. Aritz Labiano y Haritz Gartxotenea están en estos mismos momentos encerrados en la cárcel cumpliendo una pena de 21 meses, porque según un testigo anónimo gritaron en una manifestación “gora ETA”, acusación que los condenados han negado siempre.

Háganse a la idea. No hay ninguna otra prueba. No hay ningún otro testigo que confirme la denuncia del anónimo. Ninguna grabación. Solo la denuncia del anónimo. Al proteger el tribunal la identidad del supuesto testigo, los abogados defensores no han podido argumentar, es solo un ejemplo, que el denunciante puede tener algún tipo de interés personal en incriminar a estos dos jóvenes. La evidencia de una enemistad entre el denunciante y los denunciados, por ejemplo, podría invalidar el testimonio por interesado. Pero, a pesar de la evidente indefensión, los han condenado. El miércoles se encaramaron a la pared de Santa Barbara, en Zarautz, para decir, simplemente, “utzi bakean”. Cuando apareció la Ertzaintza, se entregaron pacíficamente.

Que estos dos jóvenes sean encarcelados, es indignante. Y que la sola denuncia de un testigo anónimo te pueda llevar a la cárcel es, sencillamente, inquietante.

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