viernes, 8 de junio de 2012

La lejanía de Islandia


Islandia se negó a inyectar dinero público a la banca en la grave crisis financiera de hace pocos años. Pero es evidente que las recetas aplicadas en esa pequeña isla no tienen por qué funcionar en economías de dimensiones y contextos muy diferentes. Hay alguna receta que, sin embargo, debería ser especialmente aplicable en nuestro contexto: en Islandia llegaron a juzgar al primer ministro por su gestión de la crisis, y varios banqueros están siendo procesados.

La iniciativa social #QuerellaPaRato ha recaudado en menos de 24 horas los 15.000 euros que decía necesitar para iniciar un proceso judicial contra el ex presidente de Bankia. Al mismo tiempo, el sindicato ELA ha anunciado que interpondrá querellas contra los responsables de las políticas económicas de los distintos gobiernos españoles y contra el gobernador del Banco de España.

El secretario general de ELA se ha preguntado en voz alta por qué en España los bancos han condonado importantes deudas a partidos políticos, y por qué la clase política es tan condescendiente con esta banca que recibe dinero público al 1% de interés y especula con ella al 6%. Ciertamente no es la única clave de todo este embrollo, pero los sistemas de financiación de los partidos y su dependencia de los bancos pueden ayudar a explicar la incompetencia de la clase política frente a los tiburones financieros.

Desgraciadamente, Islandia queda todavía un poco lejos.

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