viernes, 1 de junio de 2012

Andereño Karmele


Antes del apogeo del movimiento de las ikastolas en los años 60 en la que participó muchísima gente, unos pocos habían dado ya los primeros pasos. Por ejemplo, Karmele Esnal.   

Fundó su propia ikastola en el año 1955 en la calle Pedro Egaña de Donostia. Un año antes había realizado prácticas en la ikastola de Elbira Zipitria en la parte vieja donostiarra, y decidió seguir los pasos de su maestra. Inauguró su ikastola con siete alumnos. Tres años más tarde, ya con 35 alumnos, se trasladó a la plaza del Buen Pastor. Cuando se organizaron las primeras ikastolas fuera de Donostia, el centro de Karmele Esnal era uno de los pocos lugares en que las candidatas a andereño podían realizar prácticas de enseñanza en euskera. Esnal participó también como monitora en la organización de los primeros udalekus. A finales de los 60 se integró en el Liceo Santo Tomas, donde siguió trabajando hasta que se retiró en 1997.

Alguien dijo alguna vez que la batalla de la identidad vasca la ganaron las ikastolas del franquismo. Ciertamente, es difícil imaginar que quedaría hoy del euskera y de la cultura vasca si no llega a ser por la labor de todos aquellos que, como Karmele Esnal, hicieron posible lo que entonces parecía imposible. 

Esta semana nos ha traído la triste noticia de su fallecimiento. Agur eta ohore, andereño Karmele.

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