viernes, 24 de diciembre de 2010

Tarjetas e impresoras

Según Ares y Rubalcaba, el robo de siete mil tarjetas magnéticas y de varias impresoras confirma que ETA no ha decidido dejarlo. No lo creo. No es, desde luego, signo de que hayan decidido cerrar la persiana, pero tampoco es muestra de lo contrario.

Aunque no deja de ser un atraco a mano armada, es decir, un acto violento, este robo puede interpretarse simplemente como la constatación de que los miembros de ETA siguen dotándose de medios para sobrevivir en la clandestinidad.  Aunque hayan decidido, por fin, terminar definitivamente con su actividad armada, los militantes de ETA no se los va a tragar la tierra, seguirán viviendo en ella mientras dure el tránsito hasta la definitiva disolución de su organización. Y, por tanto, es de suponer que seguirán necesitando documentación.

Lo preocupante no es que roben tarjetas e impresoras, sino que todavía no hayan confirmado, mediante el comunicado que se esta haciendo esperar demasiado, que van a acompañar a la izquierda abertzale en su apuesta por el fin de la violencia, sin que sepamos si el retraso se debe a que la decisión no ha sido tomada aún, o si se trata solamente de una cuestión de gestión de tiempos.

Mientras, alguien ha hablado de tensa calma al referirse a la espera del comunicado. Puede que tensa, pero nada de calma. Que se lo pregunten, sino, a los seis jóvenes acusados de pertenecer a Segi que, incomunicados, han sido amablemente interrogados por la Policía española y diligentemente encarcelados por el juez.

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