Uno de los colaboradores de Sabin Intxaurraga en su época de consejero del Gobierno Vasco, el periodista Luis Mendizábal, ha escrito en Berria qué les dijo el consejero en su primera reunión en Lakua: “Zerbitzu publikora etorri gara, Jaurlaritzatik gizartearentzat lan egitera. Izan hori beti garbi”. Hay quienes están en política para servir a la sociedad, y hay quienes están para servirse de ella. Sabin Intxaurraga era de los primeros. Así lo atestiguan quienes han tratado con él en diversos momentos de su larga trayectoria política.
Fiel a sus ideales, siempre soñó con la unidad de las fuerzas abertzales progresistas, y trabajó por ello, incluso cuando sabía que las condiciones políticas hacían esa convergencia imposible. Era consciente de que la violencia de ETA era un obstáculo determinante, pero intentó seguir tendiendo puentes, mientras otros los destruían.
Pensando en las ideas políticas de Intxaurraga, me he acordado de un titular de una entrevista a Patxi Zabaleta, hace unos años. El dirigente de Aralar decía, con ironía, que se alegraba de que otros partidos triunfasen con las ideas de su partido. Puede que Sabin Intxaurraga tuviese ahora una sensación parecida: nos ha dejado justo en el momento en que pueden darse las condiciones para que triunfen una ideas que él ha promulgado durante mucho tiempo, a veces en solitario.
No merecía haberse ido sin haberlo visto.
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